logo

El síndrome de Hubris

foto articulo Hubris.jpg

El síndrome de Hubris, en el contexto laboral, se refiere a una conducta que aparece cuando una persona en una posición de poder o influencia comienza a manifestar una excesiva confianza en sí misma, llevándola a tomar decisiones sin valorar adecuadamente las consecuencias o los puntos de vista de los demás. Derivado de la antigua palabra griega “hybris,” que denotaba un orgullo o arrogancia que desafiaba los límites de lo razonable, este síndrome suele aparecer cuando alguien, generalmente un líder o ejecutivo, alcanza un éxito considerable y comienza a creer que sus logros son resultado únicamente de su propia genialidad o superioridad. Esta actitud no solo afecta su juicio y su comportamiento, sino que puede dañar el ambiente de trabajo y perjudicar el rendimiento y la estabilidad de la organización.

El síndrome de Hubris se manifiesta a menudo en decisiones tomadas sin consulta o en una clara falta de apertura a la crítica. La persona que lo padece comienza a confiar en sus propias habilidades de forma casi absoluta, y se va cerrando a las opiniones de su equipo, asumiendo que su visión es la única válida. Esta desconexión entre el líder y su equipo puede generar tensiones internas, pues los colaboradores pueden sentirse ignorados o subestimados. La falta de consulta y diálogo perjudica tanto la comunicación como la toma de decisiones estratégicas, ya que el líder deja de recibir información clave y puntos de vista diversos que podrían enriquecer el proceso de decisión y evitar errores graves.

En el ámbito laboral, el síndrome de Hubris puede crear una cultura de trabajo donde las relaciones interpersonales se ven afectadas por el egocentrismo y la falta de empatía del líder. La persona que experimenta este síndrome tiende a promover una imagen de infalibilidad y éxito constante, lo que puede derivar en una presión poco realista sobre los empleados, quienes sienten que deben cumplir con expectativas inalcanzables para satisfacer a su superior. Esta actitud provoca que el equipo de trabajo se sienta constantemente evaluado, lo que eleva los niveles de estrés y afecta la moral del grupo, generando un ambiente donde el miedo al error y a la desaprobación puede ser más fuerte que la motivación por alcanzar objetivos comunes.

A menudo, el síndrome de Hubris lleva al líder a asumir riesgos elevados sin sopesar adecuadamente los posibles obstáculos o implicaciones. La seguridad que la persona desarrolla en sus habilidades se convierte en un exceso de confianza que nubla su juicio, llevándola a desestimar posibles advertencias o señales de alerta. Esta inclinación por tomar decisiones arriesgadas puede llevar a la organización a situaciones críticas o pérdidas considerables, especialmente cuando se ignoran opiniones de expertos o se menosprecia la experiencia del equipo. El líder, cegado por su percepción de grandeza, no ve la necesidad de delegar responsabilidades ni de compartir los méritos con su equipo, reforzando así una imagen de autoridad y autosuficiencia que termina por aislarlo.

Este tipo de liderazgo puede llegar a ser particularmente dañino a largo plazo, ya que el líder afectado por el síndrome de Hubris va perdiendo paulatinamente el apoyo y la lealtad de su equipo. La falta de reconocimiento a las contribuciones de los demás y el afán de monopolizar el éxito generan un clima de trabajo donde los empleados se sienten meros instrumentos en el logro de metas personales de su superior, en lugar de ser parte de un esfuerzo colectivo. Con el tiempo, esta situación lleva a una desconexión entre el líder y sus subordinados, afectando la cohesión y el compromiso dentro del equipo. La pérdida de confianza y el aumento de la insatisfacción pueden desembocar en una rotación constante de empleados o en una disminución significativa en la productividad y el bienestar general de la organización.

Autor: Alex Ibarra

Publicado: 2024-12-07